Según una encuesta realizada por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) casi un 80% de los médicos estéticos han detectado un aumento del intrusismo y falta de seguridad y control en las prácticas de medicina estética.
Prácticas como la depilación láser se ofrecen en centros sin el respaldo médico ni la garantía necesaria para realizar estas intervenciones. Sin la formación médica necesaria, existe un riesgo latente y real para los pacientes. Un gran riesgo añadido es que no se realiza una historia clínica ni un seguimiento adecuado. Esto, en ocasiones, puede retrasar el diagnóstico de una enfermedad. Un peluquero por ejemplo puede apreciar como banales unas manchas en la piel, cuando cabe la posibilidad de que se esté manifestando un melanoma.
La SEME ha desarrollado algunos artículos informativos que advierten de los graves riesgos de nos ser atendido por un médico en tratamientos de medicina estética como el láser, la elaboración y el seguimiento de dietas o el uso y abuso de analgésicos.
En Valencia, la consellería de sanidad tiene la intención de garantizar la autenticidad creando un programa para que los centros compartan datos sobre profesionales.
Siete de cada diez profesionales de la medicina estética afirma haber detectado un aumento del intrusismo
Siguiendo en esta línea, con el fuerte crecimiento de las redes sociales en España, cada vez proliferan más iniciativas con el fin de acotar o denunciar estas prácticas. En Galicia se creó la asociación de afectados contra el intrusismo médico sanitario (AIMS).
En la web del colegio de médicos de Barcelona se pueden denunciar casos para el beneficio de todos los pacientes y de nuestro sector.