A menudo, los profesionales de la medicina estética nos preocupamos tanto por prevenir a nuestros pacientes sobre los perjuicios que el verano puede causar sobre la piel, que nos olvidamos de recordar ¡cuantísimos beneficios nos aporta!
Por eso, hoy me dispongo a enumerar todo lo positivo que esta estación del año puede proporcionarnos, si tomamos cada cosa en su justa medida.
Contacto con la naturaleza
Las buenas temperaturas nos permiten disfrutar de largos paseos por la playa que además de reactivar nuestra circulación, nos relajan y reconfortan.
El Sol, tomado en pequeñas dosis y con la protección adecuada, es una preciada fuente de Vitamina D, que mejora todas las funciones de nuestro organismo relacionadas con el suministro y utilización de calcio y fósforo. Además de transmitirnos energía y optimismo.
El agua del mar, rica en oligoelementos (yodo, sodio, potasio, zinc, etc.), aporta innumerables beneficios para nuestra piel, mientras calma el sistema nervioso y estimula la acción de las defensas del organismo.
Tiempo libre
Disfrutar del ritmo de vida tranquilo y calmado que nos regalan las vacaciones nos permite liberarnos del estrés acumulado durante el resto del año y apreciar intensamente los pequeños placeres de la vida, como una reconfortante siesta, una agradable comida en la compañía deseada o la lectura de un buen libro en la terraza.
¡Este verano os animo a todos a disfrutar de las vacaciones intensamente!