Beneficios del ácido hialurónico contra el envejecimiento facial

acido-hialuronico-rejuvenecimiento

Hemos incidido a menudo en este blog sobre los beneficios del ácido hialurónico contra el envejecimiento facial. Es uno de los productos que más uso en la consulta, y con resultados óptimos. En el Congreso de Montecarlo al que me he referido en otro post presenté una comunicación sobre el envejecimiento facial y los rellenos de ácido hialurónico. A continuación os voy detallo algunos de los puntos que siempre han de tenerse en cuenta al respecto.

El envejecimiento facial se da en todos los tejidos de la cara: el hueso sufre de osteoporosis y va disminuyendo su tamaño, los músculos también se ven afectados y se vuelven más fuertes debido a las expresiones faciales repetidas y a su función de cerrar orificios, como las arrugas del código de barras de cerrar la boca y pronunciar. También las patas de gallo, provocadas por la acción de apretar los ojos y sonreír. Podemos citar asimismo la afectación de la grasa subcutánea. De eso principalmente versó mi conferencia.

El envejecimiento facial incide también en la dermis y la epidermis, que son dos capas de la piel donde pueden aparecer manchas solares, venitas, irregularidades cutáneas, arrugas y la temida flacidez por disminución del colágeno, la elastina y el colágeno propio. A medida que vamos envejeciendo fabricamos menos de todos estos componentes, que son estructurales para nuestra piel.

Respecto la alteración de la grasa subcutánea, es importante conocer su anatomía para poder realizar los rellenos cutáneos con ácido hialurónico.

La grasa de la cara no es uniforme. Es decir, no tiene la misma presencia en todo el rostro: es mas abundante en zonas como las mejillas, las zonas de cóncavas y la papada.

La grasa está fijada al hueso mediante unas estructuras anatómicas que se llaman ligamentos. Estos ligamentos determinan la forma en que envejecemos: dan forma a los surcos nasogenianos, los surcos que van de la nariz a la boca, también los surcos de la comisura de la boca y la forma en la que la piel va descendiendo y marcando la flacidez cutánea de la mandíbula.

Conocer a fondo estas estructuras anatómicas es fundamental para tratar el envejecimiento facial, tanto con cirugía como con procedimientos no quirúrgicos como pueden ser los voluminizadores con ácido hialurónico y con toxina botulínica.

La nueva generación de ácidos hialurónicos nos permite reposicionar la grasa que se ha perdido con la edad y que produce la flacidez y mejora también la calidad de la piel.

Los resultados son muy naturales porque nos basamos en la anatomía y solo buscamos reposicionar lo que se ha perdido. No añadimos grandes cantidades, que podrían deformar la cara, como a veces vemos. Estas nuevas técnicas son muy eficaces para prevenir la flacidez, y si empezamos a tratarnos cuando la flacidez es incipiente podemos mantenernos  jóvenes durante muchos años.

Como en todas las ramas de la medicina, prevenir se está volviendo cada vez más importante y, por supuesto, más vale prevenir que curar.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *