Ya estamos en otoño y los días se van acortando.
Tanto otoño como invierno son las estaciones ideales para recuperar nuestra piel de los estragos del sol de primavera y verano.
Aunque el sol es indispensable para la vida y beneficioso para nuestra salud, ya que aporta bienestar emocional y vitamina D, entre otras cosas, es la causa más evidente, además de la edad, del envejecimiento. Por ello, es tan importante usar filtros de protección solar.
A pesar de nuestros cuidados, nuestra piel puede mostrar signos de fotoenvejecimiento como manchas, poros dilatados, vasitos rojos, arrugas finas e incluso, en grados superiores, una importante falta de elasticidad, lo que los médicos llamamos fotoelastosis; coloquialmente algunos la denominan «piel como el cuero».
Todos estos signos pueden tratarse mejor en invierno porque, al bajar la intensidad solar, podemos realizarnos tratamientos con IPL (Luz Pulsada Intensa), peelings, microneedling y terapia fotobiodinámica, que no son aconsejables en los meses de más exposición solar. En los tratamientos domiciliarios podemos, también, hacer cambios e introducir ácidos como el ácido retinoico, salicílico o glicólico para ayudar a mejorar la velocidad de reproducción celular. Estos tratamientos son más difíciles en verano, pues la piel queda con menos capa córnea (por lo que se ve más lisa y luminosa), pero puede sensibilizarse con el sol.
En nuestra consulta, realizamos el IPL, que puede tratar manchitas, vasitos, cerrar poros y mejorar el tono cutáneo; también peelings, más adecuados en esta época porque podemos utilizar sustancias que no podríamos usar en verano; del mismo modo, es buena época para la terapia fotobiodinámica, que está indicada para la rosácea.
Consúltanos cúal es tu caso y qué es lo que quieres mejorar. Después de haberte hecho un diagnóstico personalizado, te indicaremos lo mejor para tu piel.