Ya hace más de una década que los neuromoduladores se utilizan para tratamientos estéticos faciales, y ha demostrado efectividad y seguridad contra las arrugas de expresión. Su aplicación consigue una mirada radiante y descansada, y es adecuada tanto para el tratamiento de las patas de gallo como para borrar el gesto de preocupación que provocan las arrugas del entrecejo.
Los neuromoduladores suavizan con naturalidad los rasgos de expresión y las arrugas faciales. También atenúa los efectos del cansancio en el rostro, de manera que ayuda a frenar el proceso de envejecimiento.
Si tenéis una fecha concreta como objetivo, las aplicaciones de neuromoduladores deberían hacerse alrededor de un mes antes, con una revisión a los quince días de la administración del tratamiento. Los tratamientos con neuromoduladores o con ácido hialurónico se pueden combinar con la aplicación de un peeling a quince días de la celebración.
De esta manera vuestro rostro dará lo mejor de sí.