Hoy os voy a hablar de algo que hace tiempo tengo pendiente compartir con vosotr@s: cómo maximizar los resultados de los tratamientos de la medicina estética.
Neuromoduladores, ácido hialurónico, liftings, peelings, IPL…, continuamente escribo sobre los efectos rejuvenecedores tan maravillosos y naturales que ofrecen estas y otras técnicas que realizo en mi clínica, y que también aconsejo como medidas preventivas para paliar los efectos del paso del tiempo, pero creo que nunca os he dado mi opinión, como doctora que soy, sobre la importancia de una alimentación adecuada y unos hábitos saludables de vida para contrarrestar el envejecimiento y, por ende, maximizar los efectos de las citadas técnicas.
Una de las claves de la fuente de la juventud se encuentra en los antioxidantes, y esto es algo que está al alcance de nuestra mano en los alimentos. Lo que comemos influye mucho más de lo que imaginamos en nuestro aspecto físico.
La mejor dieta para cuidarnos es una dieta equilibrada, variada, rica en frutas y verduras, donde no falten los cereales, las proteínas y las grasas buenas como las del aceite de oliva.
Nuestro cuerpo necesita abundantes vegetales y frutas, fuente de antioxidantes, vitaminas y minerales. Aunque todos tienen sus propiedades, vamos a destacar varias:
- Frutos rojos: fresas, moras, arándanos, açaí… son ricos en antioxidantes que ayudan a protegernos de los radicales libres, que provocan el envejecimiento prematuro de la piel. Además, son ricos en vitaminas C y E y minerales como el calcio, el potasio, el hierro o el fósforo.
- Alimentos ricos en licopenos como el tomate o la sandía son antioxidantes y ricos en vitaminas C y E, y, por lo tanto, son ideales para protegernos del envejecimiento.
- Alimentos ricos en betacaronetos como zanahorias, espinacas, pimientos, naranjas… son también ricos en antioxidantes y ayudan a neutralizar los radicales libres.
- Polifenoles: presentes en la uva, la soja, el vino tinto… Ayudan a proteger la piel de la acción de los radicales libres provocados por el sol y por la contaminación.
- Fruta: en general toda la fruta tiene altos niveles de vitamina A, C, antioxidantes, agua… así que es muy buena, ya que nos ayuda a mantenernos bien hidratados, algo esencial no solo para tener un buen aspecto, sino para la salud en general.
- Pescado azul (salmón, sardina, bonito, anchoa…): es rico en omega 3 y tiene propiedades antiinflamatorias, algo que se ha demostrado que es también muy importante para retrasar el envejecimiento.
- Alimentos ricos en probióticos: las alteraciones en la flora intestinal pueden causar inflamación en la piel y diversos trastornos patológicos, así que en tu dieta tampoco deberían faltar alimentos ricos en probióticos como los yogures, el kéfir o la kombucha.
Y, además de elegir este tipo de alimentos que nos ayudan no solo a conservarnos jóvenes, sino que cuidan de nuestra salud, por supuesto, no te olvides de beber abundante agua cada día.
Como algo que me gustaría añadir en este post, tengo que decir que en mis más de 25 años como profesional de la medicina estética he tratado y sigo tratando a todos mis pacientes desde la perspectiva de querer ofrecerles algo más que mejorar su físico: bienestar general. Los que ya me conocéis sabéis que me apasiona la medicina estética como herramienta para una salud más completa, pero confieso que creo, sin ninguna duda, que, como complemento a ella, es necesario una alimentación sana como la que he detallado y unos hábitos de vida saludables, algo de lo que os hablaré en mi próxima entrada al blog.