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Preparar la piel para el verano: 2º Hidratación profunda

hidratación profunda

hidratación profunda

En relación con mi artículo anterior donde comentaba la limpieza como primer tratamiento para tener una piel perfecta para el verano, en este os hablaré del segundo: hidratación profunda.

Nuestra piel es una barrera para muchas sustancias, por eso las cremas no son suficientes para hidratarla y regenerarla en profundidad. Para ello, disponemos de los tratamientos que denominamos biorevitalización o redensificación. Esto es lo que muchas personas denominan «VITAMINAS».

Para realizar este tratamiento, utilizamos agujas finísimas con las que introducimos sustancias que no pueden penetrar en la piel por sí solas.

Existen, además, diversas técnicas y sustancias utilizadas para conseguir mejorar el estado de nuestra piel. A continuación, os comentaré algunas:

Mesoterapia y biopuntura:

Son dos técnicas que se utilizan para la infiltración en la dermis o en la epidermis de sustancias con diferentes fines.

Una de las moléculas más activas es el ácido hialurónico, que inyectado en nuestra piel produce un efecto regenerador y redensificador. Aumenta la capacidad de nuestras células de producir más ácido hialurónico propio, colágeno y elastina; también ayuda, por su gran capacidad de absorber agua, a hidratar las capas más profundas de la piel.

Existen diferentes protocolos de tratamiento personalizados para cada paciente, dependiendo de su edad, su tipo de piel, y de qué otros tratamientos se realicen.

Estos tratamientos de biorevitalización mejoran la calidad de la piel, atenúan arrugas finas, unifican el tono cutáneo, dan el brillo característico de la piel sana y, además, previenen el envejecimiento cutáneo al activar unas células denominadas fibroblastos, que son las productoras de colágeno y elastina.

Además del ácido hialurónico, se inyectan también, dependiendo de las necesidades, compuestos para tratar diversas circunstancias cutáneas, como manchitas o sequedad extrema por fotoenvejecimiento.

Los protocolos pueden ser de dos a cuatro sesiones anuales, normalmente una sesión cada tres o cuatro semanas, y están especialmente indicados en esta época, antes de tomar el sol, puesto que evitan la deshidratación producida por el bronceado y las altas temperaturas.

Para concluir, quiero destacar que cuidar la calidad de nuestra piel potencia siempre los resultados de los demás tratamientos y tiene un gran efecto preventivo sobre el envejecimiento, que indudablemente nos ayudará a vernos bien y sentirnos mejor.

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