Nuestra piel es el órgano más grande de nuestro organismo. Nos protege del exterior, de las infecciones, de las radiaciones ultravioleta, ayuda a regular la temperatura corporal y es importantísima para relacionarnos con el mundo y con los demás. Nos ayuda con el tacto, con la sensación de temperatura, e incluso a través de la piel manifestamos emociones como el rubor o la “piel de gallina”, la palidez que da el miedo e incluso muchas enfermedades se manifiestan por el color o síntomas en la piel.
Además, nuestra piel acoge a miles de millones de microorganismos y bacterias que a medida que vamos descubriendo cosas sobre ellos, vemos cada día más su importancia, es el microbioma.
Nuestra piel consta de varias capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis o tejido subcutáneo.
La epidermis es la capa más superficial, se renueva constantemente, aproximadamente cada veintiocho días. Estos días son los que tarda una célula de la profundidad en ir ascendiendo hasta que muere y se descama, siendo constantemente reemplazadas por células nuevas. Este proceso se alarga cuando envejecemos y el tiempo de curación de la piel también es más rápido en personas jóvenes.
La dermis es la segunda capa de la piel, contiene los vasos sanguíneos venas y arterias pequeñitas que transportan los nutrientes y el oxígeno y a la vez se llevan los productos de deshecho, en la dermis encontramos un entramado de fibras de elastina colágeno y ácido hialuronico, también están las células que los producen, los fibroblastos y las terminaciones nerviosas, las glándulas tanto sebáceas como sudoríparas y también se hallan en la dermis los bulbos pilosos o la raíz del pelo.
La hipodermis o tercera capa tiene también vasos sanguíneos de mayor tamaño, que son los que dan las ramitas más pequeñas para la dermis, además de tejido graso y tejido conectivo.
Estos días que tenemos un poco más de tiempo podemos dedicar parte de éste a cuidar nuestra piel. La piel varía mucho dependiendo de la parte del cuerpo y debemos tener unos cuidados específicos para cada zona.
Estos días de confinamiento la piel de nuestra cara puede estar peor de lo normal, puede ser por el uso constante de calefacción, de pantallas electrónicas con luz azul por el teletrabajo y quizá también porque no le hemos dedicado tiempo, estando cómo estamos preocupados por la situación y con los niños en casa o un montón de asuntos diferentes que solucionar.
Para cuidar nuestra piel os voy a dar unos consejos que podemos seguir estos días y que después podremos mantener.
Como consejos generales podemos decir que es muy importante comer alimentos ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes a ser posible alimentos de proximidad, frutas y verduras, evitar azucares e hidratos de carbono refinados, beber agua suficiente y no exponerse al sol o pantallas de luz azul sin filtro solar, por supuesto hábitos como fumar o beber demasiado alcohol perjudican la salud y por tanto también el aspecto de nuestra piel.
Cuidados básicos
Respecto a los cuidados básicos que deberíamos tener son:
Primer Paso:
Limpieza, podemos utilizar soluciones jabonosas suaves, leches limpiadoras o agua micelar, también para retirar bien el maquillaje o incluso si no nos maquillamos, limpiar bien los desechos, la contaminación y el exceso de grasa natural de nuestra piel, es imprescindible.
Un buen sistema también, pero lleva un poquito mas de tiempo, es el de la doble limpieza. La doble limpieza consiste primero en utilizar aceite desmaquillante y luego jabón suave o soluciones acuosas. Es muy recomendable para retirar perfectamente los restos de maquillaje. Debemos practicar algún sistema de limpieza tanto por la mañana como por la noche, también podemos utilizar algún aparatito, como cepillos rotatorios o cepillos ultrasónicos, siempre suaves y respetuosos con nuestra piel.
Podemos complementar la limpieza con una exfoliación una o dos veces por semana y de esto os hablaré en el próximo Post.
El segundo paso sería tonificar:
Tras la limpieza aplicaremos un tónico adecuado a nuestro tipo de piel, este paso lo podemos saltar, aunque a mí me gustan mucho los tónicos ya que llevan algunas moléculas de tratamiento, como ácido láctico o salicílico que ayudan a completar la limpieza y aportan ya algunos principios tratantes.
En el tercer paso aplicaríamos el serum o ampollitas de tratamiento.
Los serums y también las ampollitas de tratamiento tienen gran cantidad de principios activos y se absorben muy rápido. Podemos utilizar el serum más adecuado a nuestra piel o al problema que queramos tratar, ya sea flacidez, grasa, manchas etc. en general los serums ejercen un gran efecto regenerador. En este paso trataríamos el contorno de ojos si utilizamos un producto especifico, o podemos usar un serum que sirva también para esta zona que tiene la piel muy delicada.
Cuarto paso:
Nos aplicaremos la crema que puede ser hidratante únicamente para pieles más jóvenes y pieles grasas o con principios activos adecuados a la edad y condición de cada piel. Sería una crema de tratamiento que, como el resto, puede recomendarnos nuestro medico.
Tanto los serums como las cremas pueden llevar un montón de principios activos que recetamos según la edad y condición de cada piel. No hace falta mucho dinero, solo productos de calidad y lo qué es mas importante bien indicados, pues no todo va bien para todo el mundo. Ya sabéis que en nuestra consulta os recomendamos los tratamientos mas adecuados a cada persona. También podemos cambiar los principios activos según sea invierno o verano.
De día añadiremos a esta rutina un quinto paso que es el Filtro de protección solar, importantísimo para evitar el fotoenvejecimiento.
Es muy importante escuchar a nuestra piel, pues cada día no está igual y a veces nos pide a gritos hidratación y otras un descansito y que nos vayamos a la cama con la cara limpia, eso si, este es el paso del que nunca podemos prescindir: de la limpieza.