La zona media de la cara, es decir, la parte de los pómulos, actúa como un verdadero sostén del tercio inferior y también del tercio superior.
Cuando envejecemos se produce una perdida de volumen a expensas del hueso, pues reduce su espesor y se amplían las cavidades orbitales, además, los paquetes grasos superficiales y profundos de la cara se atrofian (disminuyen de volumen) y descienden por efecto de la gravedad, pivotando sobre los ligamentos de retención, que son unas estructuras muy importantes en nuestro rostro ya que fijan la piel al hueso e impiden que esta se descuelgue. Los citados ligamentos también se aflojan con la edad.
Al perder volumen la zona media de la cara, las bolsas de los párpados, tienen menos soporte y salen más hacia afuera, se marcan los surcos nasogenianos y también los surcos nasoyugales dando la impresión de dividir el pómulo en dos, a la vez que influyen en la posición del labio superior y en los surcos de la comisura. Todo ello produce la impresión de una cara flácida.
Por todos estos efectos es primordial tratar el tercio medio a la hora de abordar los tratamientos de rejuvenecimiento facial. Debido a su importancia hemos de considerar siempre si necesita tratamiento o puede ser también parte de nuestra estrategia de prevención.
El tratamiento del tercio medio se realiza fundamentalmente reponiendo el volumen perdido con ácido hialurónico.
Actualmente disponemos en el mercado de ácidos hialurónicos con la suficiente consistencia para producir una buena elevación de los tejidos sin utilizar mucho volumen. El conocimiento de la anatomía de los paquetes grasos y los ligamentos de retención es imprescindible para realizar tratamientos de resultados naturales.
Personalmente yo realizo este tratamiento con cánulas redondeadas, que minimizan la inflamación y la posibilidad de aparición de morados. El tratamiento dura aproximadamente media hora, no precisa anestesia pues ya la incorpora y el paciente puede reincorporarse inmediatamente a su vida normal.
Durante el primer mes el ácido hialurónico se adapta al tejido y el aspecto de la piel mejora gracias a la cualidad de hidratar y regenerar la piel. Estos tratamientos duran de un año a un año y medio. En general, el paciente está entonces mejor que antes de realizarse el tratamiento.
Es también una excelente prevención del envejecimiento. En especial en personas que ya tienen poco pómulo de natural y por tanto poco soporte, también puede aumentarse el volumen del pómulo si lo consideramos necesario, realizando lo que denominamos un embellecimiento facial, estudiando los rasgos de cada paciente y buscando la máxima armonía.