En esta ocasión, voy a hablaros de los fotoprotectores orales, que actúan como un eficaz complemento a la protección solar tópica, ya que bloquean, gracias a incorporar moléculas con efecto antioxidante y reparador, los efectos dañinos de la radiación ultravioleta, protegiendo, de esa forma, a las células del daño oxidativo que provoca la exposición solar.
La fotoprotección, necesaria para una buena salud cutánea
La exposición a las radiaciones solares, además de los efectos inmediatos —como eritemas y quemaduras—, provoca a largo plazo fotoenvejecimiento, que se traduce en la pérdida de firmeza y en la aparición de manchas y arrugas.
El 80% de los signos de envejecimiento facial proceden de la exposición solar. Supone la posibilidad, también, de desarrollar cánceres cutáneos. Esto, causado por lo que conocemos como «estrés oxidativo», provoca que las células dejen de funcionar correctamente. Por ello, es clave complementar la protección solar tópica y fortalecer nuestras células con los nutrientes que proporcionan los fotoprotectores orales.
Estos protectores incluyen antioxidantes naturales —betacarotenos, luteína, licopeno, selenio y vitaminas A, C y E—. Permiten a las células prepararse para tolerar y resistir mejor los rayos ultravioletas.
Este tratamiento debe comenzar alrededor de treinta días antes de la exposición, teniendo efectos positivos desde la primera toma. Se logra, de este modo, un bronceado saludable, uniforme y duradero, lo que ha motivado que estos fotoprotectores estén siendo cada vez más populares.
Fotoprotectores oral, una tendencia en auge
Los fotoprotectores orales, aunque nunca deben utilizarse como sustitutos de las cremas fotoprotectoras, están en auge. Consiguen, con la combinación de ambos tratamientos, una protección solar integral. Asimismo, se consigue paliar los efectos negativos que conlleva una aplicación incorrecta de cremas de protección solar, algo que es habitual. De hecho, según un estudio realizado por Cinfa, y avalado por la Academia Española de Dermatología y Venereología, solo un 2,5% de españoles usa correctamente este tipo de fotoprotectores.
Por otro lado, la fotoprotección oral, que puede adaptarse a las necesidades de cada piel, está especialmente recomendada para población con riesgo, como las personas con una piel sensible al sol, con vitíligo —enfermedad de la piel caracterizada por la aparición de manchas blancas— y para aquellas con melasma, dermatitis atópica y piel rosácea, que causa enrojecimiento y vasos sanguíneos visibles en el rostro.
Por sus ventajas y seguridad, la fotoprotección oral, en definitiva, se ha convertido en un aliado fundamental para disfrutar de una piel joven y saludable. Combate el fotoenvejecimiento y es el complemento que, junto con la imprescindible crema fotoprotectora, garantiza el nivel óptimo de protección para la piel.