El viernes 6 de marzo realizamos en mi consulta un nuevo curso de Allergan Medical Academy.
En esta ocasión, renové mi presentación del diagnóstico de envejecimiento facial para adaptarla a los nuevos conocimientos de la distribución de grasa en la cara.
Esta cita me hizo recordar algo que siempre he tenido muy presente: Toda innovación requiere gestionar tus conocimientos y tener claro que hay que rentabilizarlos antes de que caduquen y sean sustituidos por otros más válidos o innovadores.
Este tipo de encuentros también me permiten comparar mis conocimientos con los de otros colegas y, de esta manera, rentabilizarlos mucho más y ponerlos a prueba.
Y es que, en mi opinión, cuando compartes algo que sabes, dejas abierta la posibilidad de que crezca a partir de la suma de las ideas de las personas que reciben esa información.
Si no compartes tus conocimientos, no permitirás que evolucionen.
De todas formas, no hay que olvidar que aunque un conocimiento sea perfectamente válido y aplicable, no es un ente autónomo. Lo que le da vida es siempre la experiencia y el buen hacer del profesional que lo aplica. Durante este curso hemos llevado toda esta teoría a la práctica, tratando a pacientes cuyas características representaban un auténtico reto profesional. El diagnóstico, hecho entre todos los asistentes para aportar la mayor cantidad de ideas posibles, fue la suma de todos nuestros conocimientos, lo que nos permitió descubrir el mejor modo de actuar en cada caso.
Porque solo hay algo más potente que el conocimiento: la suma del saber de muchas personas.
Doy las gracias a Allergan por su implicación en estos cursos y a los doctores asistentes por demostrarme, una vez más, que aprendiendo podemos pasarlo muy bien.